La pasmosidad de Patricia Salas
Fritz Du Bois, Peru21
director@peru21.com
Todos aquellos que viven de la confrontación, como las dirigencias sindicales de Patria Roja y de Sendero, tienen muy desarrollado el sentido del olfato y pueden oler a la legua cuando alguien está atemorizado. Lo cual ocurre con la ministra de Educación, quien en 15 meses en el cargo nunca ha mostrado decisión alguna cuando la han confrontado.
Así, tenemos a los 900 terroristas que denunciamos que habían retornado al profesorado. Primero estuvo estudiando durante meses el caso, para luego pedir una ley especial y no asumir la responsabilidad. Hasta hoy, todos aquellos que fueron condenados siguen en las aulas enseñando. A renglón seguido echó al tacho la única reforma educativa de los últimos 40 años para congraciarse con el SUTEP. Pero este, en ‘agradecimiento’, le inició un paro.
Ahora, después de una huelga de 30 días, han presentado una solución incompleta, por lo que no ha terminado. Para colmo, la ministra dice que está “evaluando” cómo aplicar sanciones y recortes a los que participaron. Cuando lo que corresponde es muy claro: el Gobierno no debe pagar ni un centavo a los que han estado en paro y, además, despedir en el acto a todos los que participaron en actos vandálicos y a los que aún no se han reintegrado.
Sin embargo, en lugar de convicción y decisiones, escuchamos dudas y murmuraciones de alguien que tiene temor de hacer cumplir la ley frente al SUTEP. Por lo que estaremos desperdiciando millones de soles que serán pagados en bonos a maestros cuyos dirigentes dicen que la huelga se ha suspendido, pero no se ha levantado. Así que van a tomar el dinero, así como a asegurarse de que no les recortarán el sueldo por el mes que no han trabajado y, a la primera de bastos, los tendremos nuevamente en paro.
Por lo que la temerosa ministra nos va a costar no solo otra generación de peruanos que saldrán semianalfabetos al cabo de 12 años en los colegios del Estado, sino que, de paso, va a quebrar al Fisco.