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Explicando el informe de la CVR

Publicado: 2012-10-01

Análisis del capítulo “Explicando el conflicto armado interno” del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación

Mg. Dante Bobadilla Ramírez

Nueve años después de finalizada la labor de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) persiste el debate sobre su razón de ser, pero sobre todo sobre su trabajo. Algunos sectores han edificado todo un mito alrededor del informe final de la CVR, elevándolo a la categoría de Obra Prima. Han regado con gran habilidad una sombra de dudas sobre sus críticos, deslizando con insistencia maliciosa la idea de que no hemos leído el informe. El presidente de la CVR, Salomón Lerner, respondiendo las críticas nos ha recomendado que leamos el informe. A todo esto debemos añadir las reticencias gratuitas que un sector de jóvenes mantiene frente a las críticas a la CVR, convencidos ya por la prensa de izquierda que se trata de un "documento fundamental", esgrimiendo como curiosa defensa que los críticos del informe buscamos la impunidad. Parece pues que el debate se ha salido de sus cauces. Lo mejor sería abordar el informe final de una manera directa y muy concreta para analizarlo párrafo por párrafo, a fin de echar de una vez por tierra la tesis de que no ha sido leído, y para probar que las críticas no solo están bien fundamentadas sino que nada tienen que ver con anhelos de impunidad y sí con ansias de verdad.

En este trabajo analizaremos el capítulo medular del informe de la CVR. Según el Decreto Supremo de su creación, la CVR tenía como misión primordial

"Analizar las condiciones políticas, sociales y culturales, así como los comportamientos que, desde la sociedad y las instituciones del Estado, contribuyeron a la trágica situación de violencia por la que atravesó el Perú"

Es decir, la principal misión de la CVR era analizar y exponer por qué se dio la situación de violencia en general. Aunque ya hemos analizado en otro momento la impertinencia de semejante encargo, debemos asumir que lo que se pide acá es una visión amplia del fenómeno, tal que estudie a todos los actores. Al momento del DS, ya existían alrededor de medio centenar de libros sobre la violencia vivida en el Perú desde 1980. Hay que suponer pues que lo que se pedía era un trabajo mayor que el ya existente, algo que solo la Historia podría haber hecho bien a su debido tiempo. Obviamente nos topamos con una pretensión mayor y bastante apresurada, lo que la cubre de sospechas. Uno de los comisionados dijo antes de suscribir con reservas el informe: "hemos pasado de testigos a investigadores, con la carga de subjetivismo que ello conlleva... considero que el veredicto definitivo lo dará la historia. El informe (de la CVR) deberá ser contrastado con la verdad que la historia oportunamente encontrará". Este razonamiento es correcto y elemental. Por ello resulta inevitable suponer que en la apresurada creación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación hubo otros motivos, antes que conocer una verdad ya conocida y que, en todo caso, solo la historia podría ampliar y mejorar.

Aunque su principal encargo fue explicar las causas de la violencia, la CVR le dedica apenas 30 páginas de su voluminoso informe a este propósito. Como sabemos, el informe tiene 9 tomos y uno de anexos que deben llegar fácilmente a 7 mil páginas en conjunto. ¡Pero tan solo 30 páginas corresponden a la misión principal! Los otros encargos eran esclarecer los hechos de violación de DDHH, elaborar propuestas de "reparación", y recomendar reformas institucionales para prevenir hechos similares. Pero lo cierto es que la CVR se ocupó básicamente de recoger testimonios y reconstruir las historias más emblemáticas ya conocidas, sin añadir nada fundamental. Ahora los propios comisionados reconocen errores de metodología y de enfoque.

En tanto que según la norma de su creación, la tarea principal de la CVR era explicar las causas de la violencia, esto es lo que concretamente analizaremos enseguida. Revisaremos el capítulo I del tomo VIII titulado "Explicando el conflicto armado interno". Notemos ante todo que no dice "de la violencia", como lo hace el Decreto Supremo, sino del "conflicto armado interno". Esta ya es una transformación notable del lenguaje. Lo que ahora se expresa parece más una guerra civil. Algo muy diferente a lo que ocurrió, pues lo que todos vimos fue que la policía y las FFAA iban tras la captura de una banda de criminales que atacaban a la sociedad. No al Estado y ni siquiera a las FFAA sino a la sociedad, y en especial a las comunidades más pobres e indefensas. Entonces ¿de dónde sale la expresión "conflicto armado interno"? Cuando nos referimos a policías y soldados persiguiendo un grupo de delincuentes no hablamos de un "conflicto armado interno". Eso es un claro insulto a la verdad o una intención de maquillarla. Pero esa es apenas la primera muestra de manipulación de la verdad y del enfoque sesgado a la que apelará la CVR a lo largo del capítulo.

En lo que sigue citaremos textualmente los párrafos más destacados de este capítulo para que el lector compruebe el nivel de la redacción y sus expresiones de corte netamente marxista. Es importante tomar nota de la lógica marxista que se despliega en el análisis, ya que en varios aspectos coincide con Sendero Luminoso. Además quedará en evidencia que hay un cúmulo de afirmaciones totalmente gratuitas y hasta antojadizas que carece del mínimo sustento. Leamos pues este capítulo. Las negritas serán siempre nuestras en las citas.

"Como producto de ese análisis, la CVR encuentra que la causa inmediata y decisiva para el desencadenamiento del conflicto armado interno en el Perú fue la libre decisión del PCP-SL de iniciar una denominada «guerra popular» contra el Estado, a contracorriente del sentir abrumadoramente mayoritario de millones de peruanos y peruanas que hacia fines de la década de 1970 canalizaban sus anhelos de transformación profunda de nuestra sociedad por otras vías, principalmente a través de la proliferación de organizaciones sociales de todo tipo (federaciones campesinas y sindicales, organizaciones barriales, de mujeres, de pequeños y medianos empresarios); de movilizaciones sociales fundamentalmente pacíficas; de la participación electoral que se mantuvo alta desde que se reinstauró la democracia en 1980".

Se empieza con un señalamiento a la decisión del PCP-SL de iniciar una "guerra popular contra el Estado". Pero lo que hubo en realidad fue un ataque directo a la sociedad civil. No al Estado y ni siquiera a las FFAA. Los ataques senderistas se iniciaron en poblados indefensos, y quienes más murieron fueron civiles. Hubo destrucción de fábricas, minas, almacenes, maquinaria, torres de alta tensión, etc. Desde el principio Sendero Luminoso inició un ataque a la sociedad. ¿Por qué entonces hablar de una “guerra contra el Estado”? Así pues la CVR empieza mal, con un juego retórico sospechoso al señalar el inicio de una "guerra popular contra el Estado". Pero nada de eso es casual ni gratuito. Lo que veremos a lo largo del capítulo es una vil estrategia destinada a convertir todos los actos criminales de SL en "acto político". Los crímenes horrendos de SL no merecen elevarse a la categoría de "acto político". Eso es rechazable.

Además resulta extravagante ese señalamiento cándido y subjetivo de que iba "a contracorriente del sentir abrumadoramente mayoritario de millones de peruanos y peruanas". No solo eran millones ni mayoritario sino "abrumadoramente mayoritario" y además eran redundantemente "peruanos y peruanas". Esta es apenas una muestra de la redacción amanerada que tendremos que soportar a lo largo de todo el capítulo. El término "peruanos" es neutro en ese contexto, y por tanto se refiere a hombres y mujeres. La mención forzada y redundante de "peruanas" obedece a un amaneramiento mental que pretende "visibilizar" a la mujer, pero lo único que se consigue es convertir un documento académico en un panfleto sexista. Una muestra del activismo sectario que orienta al informe.

Lo más importante es destacar el pensamiento comunista que subyace en el texto cuando dice que a fines de los 70 los peruanos ya "canalizaban sus anhelos de transformación profunda de nuestra sociedad por otras vías". ¿De dónde saca la CVR que los anhelos del pueblo peruano eran de una "transformación profunda de nuestra sociedad"? Este es el lenguaje propio y tradicional de los panfletos de la izquierda marxista, incluyendo a los de SL, que propugnan una transformación radical del mundo según su plan maestro que conduce al paraíso comunista: "una sociedad sin explotadores ni explotados". No se necesita mayor evidencia para exponer el pensamiento marxista de la CVR. Dice además que ya se usaban otras vías como "proliferación de organizaciones sociales" y señala una gran variedad de ellas que sirven supuestamente para "canalizar los anhelos de transformación profunda de la sociedad" y agrega que además existían ya "movilizaciones sociales fundamentalmente pacíficas". Con lo que deja en claro que estas no eran necesariamente pacíficas. De hecho eran violentas y agresivas, como lo siguen siendo hasta hoy. Pero lo curioso es que se deja en último lugar el hecho más importante que ocurrió antes del terrorismo senderista, y que fue la restitución plena de la democracia. Parece que esto no es tan importante.

Es obvio que bajo la mentalidad marxista de la CVR los cambios políticos y sociales no ocurren con la democracia y mediante la ley en un estado de derecho sino por las movilizaciones sociales de organizaciones de base, semilla de una gran revolución violenta. Hay pues una visión equivocada de lo que son y deben ser los cambios sociales. La sociedad se va transformando de manera natural y gradual por su propia dinámica y no por la acción de un partido iluminado que encarna los supuestos anhelos de “transformación profunda de la sociedad”. Eso es ideología y discurso marxista. Pero mejor sigamos. Hay mucho más.

"Sin embargo, el PCP-SL resultó estratégicamente derrotado por la respuesta militar y policial, pero fundamentalmente porque nunca pudo ganar apoyo de sectores importantes de peruanos, menos aún de los más pobres y rurales, que terminaron enfrentándosele organizados como Comités de Autodefensa. Terminó, por tanto, como comenzó: aislado, condenado a ejercer cada vez más el terror y con su cúpula cayendo finalmente sin disparar un tiro".

Este párrafo resulta escalofriante pues parece lamentar la derrota de SL porque no pudo ganar el apoyo de "sectores importantes de peruanos". Deja en claro que SL no fue derrotado por una acción eficiente del Estado y las FFAA sino porque fundamentalmente no pudo ganar el apoyo popular. Más parece una especie de reproche a SL. ¿No hay además en esta frase algo de discriminación? ¿Cuáles son los "sectores importantes" de peruanos? En la mente de un comunista son los campesinos y los obreros, además de los estudiantes que actúan como guías del pensamiento iluminado. Luego la CVR se lamenta y reprocha al PCP-SL de que "menos aun pudieron ganar el apoyo de los más pobres y rurales". Es una crítica directa al accionar de SL señalando sus fallas dentro de la estrategia marxista; pero además es una crítica con sorna, pues remarcan que cayeron "sin disparar un tiro". Estas puyas son las mismas que ya se apreciaban en los años 70 durante los debates políticos en las aulas universitarias entre sectores marxistas. Nadie podrá negar pues que esta redacción no es ni formal ni mucho menos que se diga "científica". Es más bien panfletaria.

Así llegamos al primer título del capítulo: "Decisión del PCP-SL de iniciar el conflicto". ¿Conflicto? La CVR llama así a lo que antes llamó la decisión de iniciar la "guerra popular" contra el Estado. Ahora se habla del "inició del conflicto". Es como si un parte policial dijera que el ladrón que entró a robar a mi casa, al que sorprendí y con quien luché para capturar, no entró a robar sino que "inició el conflicto". ¿Se puede hablar así? ¿Por qué no habla claro la CVR? Es obvio que la CVR hace un peligroso juego retórico para transmutar las acciones de Sendero Luminoso. ¿Alguien tiene una duda? Veamos pues lo que sigue.

Según muestra la experiencia histórica, no hay violencia con propósitos políticos sin una voluntad que la organice y la ponga en práctica. En el Perú, esa voluntad estuvo encarnada en el PC del P (SL), en cuya configuración confluyeron distintas tradiciones.

Esta es la frase que revela de manera más evidente las intenciones de la CVR de transformar el accionar criminal de Sendero Luminoso en "acto político". No se le asigna el carácter de acciones terroristas ni criminales sino de "acciones políticas". En todo este capítulo apenas se menciona en una sola ocasión que las acciones adquirieron "potencial terrorista y genocida". Pero el trato general es de "acciones políticas", tal como se aprecia en este párrafo y siguientes. Además, se soslaya la responsabilidad exclusiva y directa del PCP-SL al incorporarla en un contexto en el que existen otros factores que también influyeron en el fenómeno: "en cuya configuración confluyeron distintas tradiciones". O sea que ahora ya no fue la "decisión libre del PCP-SL" sino que hubo algo más que lo motivó.

Aquí se explican las bases ideológicas del pensamiento senderista dejando en claro que se inspiran en la revolución cultural china. O sea, muy lejos de la realidad peruana. ¿Entonces de qué tradiciones peruanas nos hablan? Sin embargo de inmediato dejan en claro que Sendero Luminoso se inscribe también en una "tradición radical peruana". ¡Sorprendente! Primero afirman que SL se compró una patente china para hacer la revolución proletaria, pero luego dicen que se inscriben en una tradición peruana. Es el camino para exculpar a los senderistas, como veremos enseguida.

"Vemos así que, mucho más que esa tradición radical, comprensible en el contexto de discriminación social, exclusión política y gobiernos dictatoriales de la mayor parte del S.XX, pesó otro aspecto de nuestra tradición autoritaria, más antiguo y más ampliamente compartido: el caudillismo".

De este modo los terroristas de Sendero Luminoso no son asesinos inspirados en la perversa ideología maoista responsable de millones de muertos en China; en realidad son parte de una "comprensible tradición radical de los peruanos" por la situación de discriminación social del siglo XX. ¿Qué les parece? Al final hay que admirar a los senderistas porque son luchadores sociales.

Luego tenemos una breve descripción sobre los orígenes sociales de Abimael Guzmán definiéndolo como un misti, tomada sin duda de alguno de los diversos estudios publicados por Carlos Iván Degregori o algún otro, aunque no se hace mención alguna, y mucho menos exhibe la fina y elegante prosa de Carlos Iván Degregori. Personalmente hubiese preferido que copiaran sus textos. Luego se señala que fue el espacio académico el lugar donde se forjó el PCP-SL. Que es el mismo lugar donde hoy sigue renaciendo SL, y frente al cual la CVR no planteó ni una sola recomendación, tal como era su obligación según el DS. Con esta mención se pretende suponer que el senderismo fue una creación original surgida en el suelo peruano. Así es como nos manipulan.

"El abandono de la educación pública por parte del Estado permitió que el espacio educativo se convirtiera en lugar de encuentro donde germinó esta propuesta: universidades / institutos superiores / institutos pedagógicos".

Es bastante relativo hablar del "abandono de la educación pública por parte del Estado", pues más importante que ese supuesto abandono fue la invasión de la ideología marxista que nos llegaba por toneladas en libros que eran repartidos gratuitamente en las universidades, además del activismo de grupos extremistas financiadas por potencias comunistas extranjeras. Nada de eso se dice. Tal parece que eso no existió. ¡Qué tal análisis más desconectado de la realidad! No basta con identificar el escenario y el estilo de los mensajes sino el origen de los mismos. ¿Por qué ese mensaje comunista de “guerra popular” tenía tanta fuerza en esos días? Más adelante se menciona apenas el contexto mundial pero la decisión de exponer "factores" de una manera aislada impide que todos ellos sean correctamente vinculados. Más parece que tratan de ocultar esa vinculación.

El PCP Sendero Luminoso ofrece para ello, antes que nada, un discurso con pretensiones de ser absolutamente coherente. La «reconstitución» del PCP-SL es, en un principio, la articulación de un «gran relato» de pretensiones totalizadoras. Este, presentado como una ideología científica, «todopoderosa porque es verdadera»15, proporciona una comprensión simple y aparentemente coherente no sólo del país sino del universo todo; y un universo moral simple, en blanco y negro, que da sentido a las vidas de quienes lo comparte.

La culminación del gran relato totalizador es una utopía, el comunismo: «La sociedad de la ‘gran armonía’: «la radical y definitiva nueva sociedad hacia la cual 15 mil millones de años de materia en movimiento, de esa parte que conocemos de la materia eterna, se enrumba necesaria e inconteniblemente...Única e insustituible nueva sociedad, sin explotados ni explotadores, sin oprimidos ni opresores, sin clases, sin Estado, sin partidos, sin democracia, sin armas, sin guerras».

Este relato deja de lado el hecho de que semejante modo de entender la realidad era el fundamento del raciocinio de toda la izquierda que predicaba en los patios y aulas universitarias durante los 70. No fue tan solo SL el que tenía una doctrina de este tipo. Era común en toda la izquierda. Las diferencias se centraban más en la estrategia para llevar a cabo la revolución. El factor decisivo fue que SL tuvo un líder con las agallas para iniciar la tan anunciada "guerra popular". Los demás se quedaron agitando los puños y anunciando su lucha armada en los patios universitarios. Pasemos ahora a revisar el acápite titulado "Contexto histórico".

En la década de 1970, una segunda oleada de ocupaciones de tierras conmovió al país en plena aplicación de la reforma agraria más radical de América del Sur. La movilización no fue tan amplia como en la década previa, pero la organización campesina alcanzó su pico más alto luego de la reorganización de la Confederación Campesina del Perú (CCP) y la creación de la Confederación Nacional Agraria (CNA) en 1974.

Se cae aquí en el error de considerar que los sucesos organizados y dirigidos por determinados caudillos de filiación comunista, como Hugo Blanco, fueron auténticos "movimientos campesinos". No lo fueron. La aparición de guerrillas y ciertas movilizaciones campesinas fueron acciones muy específicas emprendidas y dirigidas por determinados líderes comunistas, eventos que desaparecieron con la captura de estos líderes, tal como ocurrió con SL.

Mientras tanto, las ciudades del país vivían desde 1976 una efervescencia social sin precedentes, que se traducía en movilizaciones y paros obreros, magisteriales, regionales, que desembocaron en los paros nacionales de julio de 1977 y mayo de 1978. El primero de ellos tuvo incidencia directa en la apertura democrática que se inició pocos días después, cuando el régimen militar convocó a una Asamblea Constituyente para el año 1978.

No se señala que tal efervescencia fue producto de la grave crisis económica en la que nos dejó la dictadura velasquista, que deprimió la producción en todos los sectores. Es errado señalar que estas movilizaciones forzaron a la dictadura militar a la apertura democrática. Lo cierto es que el general Morales Bermúdez Cerruti tomó el poder con la determinación de devolverle al país su vida democrática. El paso previo que juzgó necesario fue la estabilización económica del país, lo cual consiguió hasta un punto mínimo para iniciar la transferencia del poder.Así acaba esta rápida y descuidada revista por la circunstancia histórica previa al inicio de la violencia terrorista de SL. Apenas un breve recuento de los muertos que se cosecharon en los conflictos políticos previos. Al final se afirma que la nueva Constitución parecía ofrecer a los peruanos un gran futuro. Por eso, dicen, sorprendió a todos que se iniciara una violencia inusitada.

No es de extrañar, entonces, que el inicio del conflicto armado interno tomara por sorpresa al conjunto del país. No es de extrañar tampoco que su extensión y brutalidad nos sigan sorprendiendo. Resulta por tanto indispensable preguntarse por las causas del conflicto.

Nótese el esforzado empeño en señalar que lo que se inicia no es el accionar terrorista de SL sino el "inicio del conflicto armado interno". ¿No hay acaso una deliberada intención de emplear esta expresión para eludir el señalamiento de lo que en realidad inició SL? Poco a poco iremos descubriendo que la intención final es disminuir la responsabilidad de Sendero Luminoso, cubrirla con un manto de explicaciones históricas y sociológicas mañosamente urdidas. Así es como empezamos con el siguiente acápite titulado: "Factores históricos o de largo plazo". ¿Hacía falta esta visión retrospectiva de la historia? No, para nada. Lo que se pretende es arrojar paja sobre la realidad cubriéndola con una causalidad historicista. ¿Cómo aplacar la culpa de Sendero Luminoso? Pues justificando sus acciones con la intención de buscar una mejor sociedad por sobre la miseria.

El conflicto armado se inició en Ayacucho, uno de los departamentos más pobres del país, y fue allí donde produjo el mayor número de víctimas. De acuerdo a los testimonios recogidos por la CVR, la violencia golpeó principalmente a los habitantes más pobres en las áreas más pobres del país. Sin embargo, como esos mismos testimonios indican, la pobreza no explica por sí sola el estallido de violencia sin precedentes que vivió el país. Es más preciso verla como uno de los vectores importantes que contribuyó a encender el conflicto y como el telón de fondo sobre el cual se desarrolló este drama.

Así es como la CVR emprende el esforzado trabajo de trasladar el foco de la responsabilidad y de la culpa fuera de Sendero Luminoso hacía otros factores históricos y culturales. Primero nos repite que se inicia el "conflicto armado" y no el accionar terrorista de Sendero Luminoso. En segundo lugar, pretende engañar al incauto lector tratando de hacerle creer que la pobreza es "uno de los vectores más importantes" que aunque "no la explica por sí sola" sí explica algo el inicio del "conflicto". Es decir, la justifica. En tercer lugar pretende ignorar que Ayacucho es el sitio donde trabajó y vivió Abimael Guzmán y otros líderes senderistas, y donde se hallaba el Cuartel General del PCP-SL que fue la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. No es pues por pura casualidad que las acciones de SL se iniciaran en Ayacucho. Y menos fue por la pobreza, como nos quieren hacer creer. Así es como se apela al gran mito de la pobreza como el fundamento de la violencia política, que es el credo básico que toda la izquierda marxista siempre ha repetido y sigue repitiendo. Pero aun hay más sobre este mismo tópico.

Contra ese telón de fondo, adquieren un papel muy importante en la explicación del conflicto las múltiples brechas que atraviesan el país. La más visible y dramática es la que separa a ricos y pobres. Tanto o más que la pobreza misma, importa la inequidad, las abismales diferencias entre los que más tienen y los que sobreviven. Recordemos que el Perú tiene una de las peores distribuciones del ingreso en América Latina y en el mundo.

Lo que sigue son tres páginas donde se señalan las "brechas" que separan el mundo rural y empobrecido del interior del Perú. Se menciona la "brecha generacional" y la "brecha de género" y finalmente se afirma que todo esto condujo a la existencia de "capas sociales sensibles a propuestas de ruptura radical con el orden establecido". Es decir, los terroristas de SL encarnan a capas sensibles de nuestra sociedad debido a las diferencias entre ricos y pobres. Eran pues una especie de Robin Hood de los Andes. Con esto se deja de lado lo que fue una estrategia bien trazada por Sendero Luminoso, basada en su ideología marxista-leninista-maoista, para incursionar precisamente en los lugares más abandonados del país y generar sus bases y "zonas liberadas" allí donde era más fácil. Y aun así nunca lo consiguieron pues fueron rechazados por la población.

Por otro lado, es obvio que el discurso de ruptura con el orden establecido siempre encontrará oídos en una generación de jóvenes. No olvidemos que el discurso senderista se dirigía a los jóvenes y que la gran mayoría de los integrantes de SL fueron jóvenes y hasta adolescentes. No hace falta pues apelar ni a la pobreza ni a las "brechas" ni salir del plan concreto de una banda de fanáticos ideologizados con un paraíso terrenal socialista, que tomaron como modelo la carnicería de la revolución cultural china. Todas estas líneas de la CVR son burdos intentos de justificar la existencia del senderismo y maquillar su actuación criminal tornándola en acción política. Pero allí no queda todo, pues lo que sigue es más de lo mismo, o incluso peor, pues ingresamos a revisar "Los factores institucionales".

La Guerra Fría redobló este cuestionamiento. La lucha entre las superpotencias agudizó los conflictos en toda América Latina, reubicando las viejas tradiciones militaristas del continente en un nuevo contexto y enmarcándolas dentro de una nueva doctrina de seguridad nacional, impulsada enérgicamente por los EE.UU en la región. En la estela de la revolución cubana (1959), una oleada de movimientos subversivos armados sacudió América Latina. La respuesta fueron golpes militares y dictaduras represivas. En el medio quedaron legítimas aspiraciones de transformación y democratización. (...) En nombre de los valores «occidentales y cristianos», los regímenes dictatoriales del Cono Sur –Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay- actuaban concertadamente para reprimir y eliminar violentamente a sus opositores, alentando de este modo las respuestas violentistas en la región.

Este es un tratamiento bastante descuidado del efecto directo que tuvo la Guerra Fría en la existencia de una verdadera plaga de agrupaciones radicales de izquierda en el Perú y Latinoamérica. La lucha por el predominio mundial alentó la invasión ideológica del comunismo en Centro y Sud América. Varias agrupaciones de izquierda contaban con entrenamiento y financiamiento del comunismo mundial por parte de potencias como la URSS, RDA, Checoslovaquia, Yugoslavia, Cuba, China, etc. Tampoco se menciona la grotesca invasión de material comunista que llegaba a raudales para ser repartida a los estudiantes de forma gratuita. Durante los 70 en las universidades se regalaban libros de Marx, Engels, Lenin y Mao como hoy se regalan biblias.  Así se implantó una moda y un aura intelectual alrededor de la izquierda, pues en apariencia se mostraban como sumamente lectores y conocedores de una misteriosa ciencia social infalible. Ciertamente sus discusiones llegaban a ser bastante anodinas.

Siguiendo el juego de los países comunistas, los estudiantes alienados por el marxismo provocaron varios conflictos en diversos países de la región, cuyo efecto obvio fue la reacción de las FFAA para controlar la situación y defender el orden. Aunque los fanáticos de izquierda, ya idiotizados por el marxismo, insisten en afirmar que se defendía el “orden injusto”. El caso del Perú fue muy especial debido a su tardía aparición. De hecho el maoismo ya estaba en desgracia en la misma China cuando SL inició su lucha armada. En pocos años más llegaría el fin del comunismo mundial. Lo que habría hecho falta en ese momento histórico era crear una Comisión de la Verdad en la ONU para investigar los crímenes del comunismo mundial. En el Perú el atraso también se experimentó en un maoísmo retrógrado que recién se ponía de moda en los 80.

Fue por esta falta de ejercicio ciudadano democrático, que en ciertas zonas del país la instauración vertical de un «nuevo poder» senderista impuesto desde arriba y que construía sujetos (e incluso siervos) en vez de ciudadanos, no apareció como algo insoportable. Más aún si ese «nuevo poder» imponía en un primer momento un cierto orden y ejercía a su manera «justicia».

Se trata de una afirmación bastante arriesgada que carece de sustento real. La frase se refiere al sufragio y las escasas ocasiones en que la gente había ejercido su voto. Las personas no pueden ser conscientes de lo que carecen si nunca lo han tenido. Además la democracia no es algo que se ejerce solo con el voto, se trata más bien de un estilo de vida ciudadano donde el individuo participa en la vida de su comunidad. Como se aprecia, es una inútil enumeración de "factores" tratando de "explicar" por qué sucedió el mañosamente llamado "conflicto armado interno". Así pasamos a abordar los siguientes "factores" que son "Los factores coyunturales". Esto es de lo más interesante:

B. Vacíos relativos de poder en amplias zonas rurales, sobre todo andinas. Como parte del fracaso del proceso de Reforma Agraria, el gobierno del general Morales Bermúdez procedió a la desactivación del Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS), el aparato estatal que de alguna forma había cubierto el vacío dejado por los poderes locales tradicionales. Conforme el estado se replegaba del campo, las empresas asociativas —SAIS, CAPs— creadas por una Reforma Agraria colectivista, que revirtió la tendencia a la parcelación de la gran propiedad y el avance de la economía campesina y la mediana propiedad, quedaron como desperdigados islotes desmoralizados (con frecuencia debilitados desde dentro por administraciones incapaces o corruptas) y acosados desde dentro o desde los márgenes por quienes deberían haber sido sus beneficiarios.

Este es probablemente el único factor real que podría haber generado un descontento en el campo tal que haya servido como catalizador del resentimiento y la agresividad contra el Estado. De hecho la crisis en el campo desatada por el desastre de la Reforma Agraria de Velasco produjo grandes oleadas migratorias a la ciudad, desmembrando familias y dejando pequeños núcleos aislados en las zonas más deprimidas de la sierra, así como cinturones de miseria alrededor de Lima. Otro factor que se menciona es la desaparición de los partidos políticos y el repliegue de los agentes de izquierda que durante la dictadura de Velasco tuvieron mucha actividad en el adoctrinamiento de campesinos. Enseguida llegará la nueva Constitución y la nueva era democrática.

...para el PCP-SL era muy importante iniciar su lucha armada antes de las elecciones y de la instauración del nuevo régimen, para deslegitimarlo y negar las transformaciones de las cuales éste era expresión.

Esta es una de las dos frases en que se menciona la lucha armada del PCP-SL. No era pues un “conflicto armado interno” sino el inicio de la lucha armada del PCP-SL, lucha que se tradujo en ataques a la población civil. Así es como tendría que expresarse una Comisión de la Verdad. Esta es sin duda una Comisión de Maquillaje de la Verdad. Y así es como acaba la larga enumeración de los famosos "factores concurrentes" con los que se trata de explicar el accionar senderista. Enseguida viene la pregunta "¿Por qué duró tanto?".

Los mencionados gobiernos y las FF.AA. desconfiaban de líderes izquierdistas como Hugo Blanco, que alcanzó la segunda votación más alta para la Asamblea Constituyente de 1978, después de Haya de la Torre; de partidos marxistas como el PCP, la UDP o el UNIR, que conformarían poco después Izquierda Unida y tenían fuerte influencia en organizaciones sociales como la CGTP, la CCP o el SUTEP, que vivían por entonces sus años de auge. Recuérdese que esos partidos seguían proclamando la legitimidad de la vía armada para la captura del poder.

Es interesante el señalamiento de que toda la izquierda, incluyendo la "electoral", seguía proclamando la legitimidad de la vía armada para capturar el poder e instaurar una dictadura comunista. Ese era pues el gran objetivo de todos los grupos de izquierda, de modo que nunca vieron mal las acciones de Sendero Luminoso. De hecho, lo apoyaron, aunque poco a poco fueron censurando sus entusiasmos ante la evidente maldad del accionar senderista y el masivo rechazo que provocaron. Pero también recuerda la CVR que varios grupos de izquierda eran violentistas, por lo que SL pasó inicialmente desapercibido:Actuaron confundidos entre otros actores (de izquierda) que, compartiendo un discurso violentista, estaban desarrollando otro tipo de acciones.

Por un lado, el PCP-SL y en mucho menor medida el MRTA se convirtieron en magnetos que atrajeron a minorías descontentas desgajadas de los grupos de izquierda que a fines de los setentas habían dado un viraje, en muchos casos no del todo coherente, del discurso de la lucha armada a la participación electoral.

Hay una clara incoherencia en el hecho de referirse vagamente en pocos párrafos a la "lucha armada", que fue el predicamento de toda la izquierda, tal como se reconoce acá, y sin embargo preferir en el documento la expresión "conflicto armado interno". ¿Qué fue finalmente? ¿Fue el inicio de la tan ansiada lucha armada de la izquierda marxista? ¿O fue el inicio de un conflicto armado entre dos bandos que se disputaban algo y que por tanto se suscitó en forma de conflicto bilateral desde el principio? Esto no fue lo que ocurrió. Lo que SL inició fue la lucha armada desde la doctrina de la izquierda marxista y bajo una estrategia de terror dirigida a la sociedad. Eso fue lo que pasó concretamente. ¿Por qué la CVR insiste en llamarla "conflicto armado interno"? Y lo más extraño de todo: ¿por qué en la explicación de este supuesto "conflicto armado interno" solo se intenta explicar el accionar de SL? ¿Y qué pasa con el otro frente, si lo hubo? ¿Dónde está la explicación de las acciones del MRTA? Nada, pero absolutamente nada se dice del MRTA. Y menos de las FFAA. Toda la “explicación” es sobre el accionar de Sendero Luminoso.

Todos los factores hasta ahora mencionados, tampoco hubieran bastado para explicar la duración e intensidad de la subversión, si las elites políticas hubieran estado a la altura del desafío. SL se alimentó de los gravísimos errores cometidos por el Estado y los partidos políticos, más allá del justificable desconcierto inicial. Estos errores configuraron un proceso que hemos denominado «abdicación de la autoridad democrática». Este se inició con la rutinización de los estados de emergencia; los poderes excesivos otorgados a los comandos político-militares; la estrategia contraproducente de las FFAA a partir de 1983, inspirada en la doctrina de seguridad nacional, que postergó la ruptura entre el campesinado ayacuchano y SL; la incapacidad del poder judicial, que propició la impunidad; la ineficacia del Poder Legislativo para legislar eficazmente sobre terrorismo y para investigar las violaciones a los derechos humanos; la inexistencia de una política penitenciaria en relación a los subversivos presos, que llevó a que los penales fluctúen entre las fugas y las masacres; el recurso a grupos paramilitares y escuadrones de la muerte; hasta culminar en el golpe de Estado de abril de 1992.

Lo interesante de este párrafo es sin duda que el recuento de todos los errores del Estado que permitieron la prolongación de la subversión acaba súbitamente en el golpe de Estado de abril de 1992, cuando Alberto Fujimori cierra el Congreso y asume el control total del país. Hay que recordar que en ese momento Sendero Luminoso ya estaba actuando intensamente en Lima. Fue el año en que el miedo se sintió en cada esquina de la capital y cuando ocurrió el alevoso asesinato de Maria Elena Moyano, el atentado contra el canal 2 y el criminal atentado en la calle Tarata, entre muchos otros coches bomba que explotaban por la ciudad. Todos recordarán las calles desiertas en las fiestas patrias del año 1992 en que la gente tenía miedo de salir de sus casas. Se sentía la presencia de Sendero Luminoso en las calles y se temía un atentado en cualquier momento. Todo esto hizo que el pueblo apoyara firmemente el golpe de Alberto Fujimori en contra de un Congreso que precisamente era la representación fiel de aquel Estado ineficiente y pasmado que este párrafo de la CVR describe muy bien. Tampoco se explica la necesidad de ese golpe que permitió instaurar una política antiterrorista radical que a la larga fue el factor clave para la derrota de SL.

El siguiente título pretende responder "¿Por qué el conflicto fue tan cruel?". Como en el título anterior, también en este hay un exceso de palabrería hueca. El punto central desemboca en la siguiente frase:

En las bases filosóficas, políticas e incluso psicológicas de la acción subversiva, especialmente del PCP-SL, se constata un decisivo punto ciego: SL «ve clases, no individuos». De allí se deduce la falta grosera de respeto por la persona y por el derecho a la vida, incluyendo la de sus militantes pues para mantener la cohesión del partido la dirección exacerbó en ellos una vena tanática -«llevar la vida en la punta de los dedos», «cruzar el río de sangre»- que se convirtió en un sello de identidad, un desafío a todo el orden existente y tiñó el proyecto senderista de potencialidades terroristas y genocidas.

Hay dos cosas que añadir a esto. En primer lugar SL no es el único proyecto comunista que termina en una carnicería macabra. Esa es la característica de todo movimiento comunista. Por algo el comunismo tiene el récord mundial de muertos con más de un millón de cadáveres acumulados en el siglo XX, aunque la izquierda se ha pasado la vida condenando tan solo al nazismo y al fascismo. Sendero Luminoso apenas aportó su modesta cuota de 23 mil muertos a la gran carnicería mundial del comunismo. No es pues algo que compete a SL sino que es propio del comunismo como ideología y praxis. La izquierda marxista en general solo ve clases, masas, colectivos y no ciudadanos ni individuos. En segundo lugar debemos señalar que este es el único lugar donde se señala que "el proyecto senderista se tiñó de potencialidades terroristas y genocidas". No es muy claro al señalar el carácter netamente terrorista de SL. Más bien se apela a una retórica cursi: "se tiñó de potencialidades". Así es como la CVR se refiere al despiadado terrorismo de SL. Este es al final el único lugar donde aparece la palabra "terrorista" vinculado a Sendero Luminoso. Luego todo el tratamiento de SL es como partido político y su conducta es enmarcada como acción política.

A esto se añade, por un lado, la influencia de la doctrina de seguridad nacional, que enmarcó las represiones a los grupos subversivos en el Cono Sur y América Central e implicaba un alto costo en vidas humanas. Por otro, el poco enraizamiento de las doctrinas de DD.HH., que recién comenzaban a transformase en instrumentos legales y a ser sancionadas en tratados internacionales incorporados en la legislación nacional y posteriormente también en la formación de las FF.AA.

Este y el que se cita abajo son los únicos párrafos en donde se intenta dar una especie de explicación de la respuesta violenta de las FFAA al accionar terrorista.

En los primeros años de su intervención, (las FFAA) se comportaron con frecuencia como un agente externo a la región.

Entender esto no es muy difícil ya que las FFAA están preparadas para actuar contra un enemigo exterior. Estas menciones que se hacen muy de pasada dejan en claro que las FFAA actuaban siguiendo doctrinas de defensa que no pertenecían al Estado peruano sino a una escuela militar extendida por toda la región. Las FFAA tenían en mente el modelo de Vietnam, pensaban en enemigos externos, carecían de táctica y de marco legal para actuar dentro del país. Pero en realidad estos párrafos no están tratando de explicar nada. Nunca se hace el intento de entender el accionar de las FFAA. Son simples menciones casuales. Es interesante que al final también se haga mención de la violencia brutal ejercida por las propias comunidades en sus comités de autodefensa.

Las rebeliones contra SL fueron también brutales. La violencia latente en cualquier comunidad, especialmente pobre y en buena parte preciudadana, se entremezcló con conflictos familiares, generacionales, de linderos, y se desbordó. Los comités de autodefensa, en muchos casos, fueron más allá de su función de autodefensa y se convirtieron también en pequeños ejércitos agresivos que «barrían» con gran violencia territorios que consideraban enemigos o prosenderistas.

Por desgracia, la CVR no aprovecha las cartas que ha echado para descubrir que el juego de la violencia es un todo perverso que se desata a partir de la primera quiebra del respeto por el orden y por la vida iniciado por SL. De una vez que las estructuras mentales de la realidad humana han sido rotas, esta se desborda en violencia instintiva. De paso quiero añadir que no existe la más mínima visión de una perspectiva psicológica social. Así llegamos al último título que procura explicar "¿Por qué los grupos subversivos fueron derrotados?". La mayor parte de este título se ocupa en demostrar que el proyecto senderista era políticamente inviable, carecía de sentido de realización práctica y que chocaba con la realidad y la dinámica de las comunidades.

La existencia de prensa independiente, que documentaba horrores, incluso en las zonas directamente afectadas por la violencia, fue también un factor que contribuyó a frenar la brutalidad de las acciones contrasubversivas y a crear un clima contrario a los grupos subversivos... los grupos subversivos nunca llegaron a tener aceptación entre sectores importantes de la población.

Existieron, además, organismos fiscalizadores desde la sociedad civil, que cuestionaron los crímenes y violaciones a los DDHH, tanto del Estado como de los grupos subversivos: organismos de DD.HH., sectores importantes de la iglesia católica y de iglesias evangélicas.

Tampoco las organizaciones sociales populares, obreras, campesinas, magisteriales, sindicales en general, fueron ganadas por los proyectos subversivos. El PCP-SL se convirtió más bien en un «antimovimiento social»...

De este modo Sendero Luminoso acabó siendo un apestado social que se quedó cada vez más aislado. En el contexto internacional tuvieron poco apoyo porque el comunismo se derrumbó y los movimientos guerrilleros y terroristas de izquierda quedaron en el aire, ya no como románticos luchadores en busca de justicia social sino como esperpentos anacrónicos de un modelo fracasado. Pero no fueron estos los principales factores de la derrota de Sendero Luminoso.

El texto de la CVR curiosamente no hace ninguna mención a la estrategia seguida por el gobierno de Alberto Fujimori para enfrentar al terrorismo. Estrategia que permitió capturar vivos a todos los mandos de Sendero Luminoso luego de imponer el orden en los penales, cortar el adoctrinamiento en las universidades y, sobre todo, evitar esa coladera de terroristas que era el Poder Judicial, y que la misma CVR reconoce, trasladando los juicios al fuero militar con jueces sin rostro, copiando el modelo exitoso aplicado en Italia. En la “explicación” de la CVR sobre la derrota de los grupos subversivos no hay una sola mención a la política antisubversiva de Alberto Fujimori, revelando su sesgo político y falta de compromiso con la verdad histórica. No hay pues casi nada de verdad en este informe.

Conclusiones

1.- Como hemos podido apreciar, este capítulo dedicado a explicar lo que se ha dado en llamar "el conflicto armado interno", en realidad tan solo trata de explicar el accionar de Sendero Luminoso. No hay casi ningún análisis sobre los demás actores de este “conflicto”.

2.- Desde el principio se observa un diligente empeño de la CVR por otorgar a las acciones de Sendero Luminoso la categoría de una “acción política”. Ya desde el nombre otorgado al capítulo se habla de un “conflicto armado” desvirtuando el verdadero carácter subversivo y terrorista de SL. Es sorprendente el tratamiento mesurado que se le dispensa a SL, sobre todo porque contrasta con la actitud áspera que la CVR muestra ante el gobierno de Alberto Fujimori al que califica de “autoritario y corrupto”, sin ninguna reserva protocolar. En cambio no hay un solo calificativo semejante para Sendero Luminoso.

3.- Se reconoce que el PCP-SL se inspiró en una doctrina marxista de orientación maoísta, pero se añade que se sustenta en una tradición radical peruana muy explicable por el contexto de miseria de nuestra realidad. Se pretende justificar el accionar terrorista de SL por la pobreza y miseria de Ayacucho, soslayando las verdaderas razones por las que SL inició sus acciones en esa región, y las causas estratégicas por las que eligió actuar en las zonas más alejadas e indefensas. Es evidente el intento de apelar a la pobreza como verdadero origen de la violencia.

4.- En la explicación de la derrota de SL se deja completamente de lado toda la estrategia antiterrorista adoptada por el gobierno de Alberto Fujimori, sugiriendo que SL cayó derrotada básicamente porque no pudo ganar el apoyo popular.

Comentario final

Hemos dejado en evidencia las clamorosas deficiencias del capítulo central del informe final de la CVR. No se puede afirmar con seriedad que esta sea una forma de explicar la historia de violencia de nuestro país con un enfoque de veracidad y neutralidad. Como hemos apreciado, se trata de un enfoque sesgado y de un estudio apresurado y deficiente, con una redacción pobre. Volvemos pues a la pregunta de fondo: ¿cuál fue el verdadero interés por montar una Comisión de la Verdad? Solo podemos tomar en cuenta las evidencias que tenemos al frente.

Por todo lo visto y vivido hasta hoy, la activación de una CVR parecía destinada básicamente a montar un gran negociado a cargo de las ONGs de DDHH, dentro de un círculo virtuoso cercano a la PUCP. Estas ONGs tuvieron una gran participación durante y después de la labor de la CVR, y lo siguen teniendo hoy. Es necesario mencionar que varios comisionados eran y son dueños de algunas ONGs, incluyendo al creador de la CVR, Diego García Sayán. Nadie negará que esta situación se parece mucho a una asociación ilícita para negociar con el Estado. Como consecuencia, la CVR concentró sus esfuerzos en la búsqueda de víctimas, pero no de cualquier víctima sino principalmente víctimas del Estado, pues estas serían luego las beneficiadas con las reparaciones. Hoy se tiene una larga lista de beneficiados con reparaciones que según se va descubriendo está llena de infiltrados. No es pues casual que la CVR haya anunciado una cifra tan exatravagante de víctimas: 69,280.

La CVR parece más un montaje destinado al lucro de las ONGs. El proyecto acabó concentrado en una ansiosa búsqueda de víctimas, a las que incluso se les abrió un espacio público inusual, dejando totalmente de lado a otros actores centrales del escenario de violencia como los militares. Entender el fenómeno de la violencia no fue el principal interés de la CVR. Se basaron en los textos ya conocidos, con el enfoque tradicional de la izquierda académica marxista, y con el enfoque exclusivo de una sociología marxista trasnochada. No solo no hay nada nuevo en lo que se dice sino que se dice muy poco y mal.

Por último debemos considerar que de las 4 áreas sobre las que la CVR plantea recomendaciones, tres de ellas son más trabajo para las ONGs. Estos son:

1. Reformas institucionales necesarias para hacer real el Estado de Derecho y prevenir la violencia.

2. Reparaciones integrales a las víctimas.

3. Plan Nacional de Sitios de Entierro.

4. Mecanismos de seguimiento de sus recomendaciones.

Como se aprecia, las 3 últimas recomendaciones no son más que negocio redondo para las ONGs. Incluso dentro del primer aspecto encontramos negocio para las ONGs, como es la capacitación de los jueces en DDHH. El Congreso peruano debería iniciar la investigación de quiénes son los dueños de las ONGs que se beneficiaron con el trabajo de la CVR, empezando por su gestor: Diego García-Sayán Larraburre.

Fuente: Liberalismo Peruano


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