Me inquietan sobremanera las recientes declaraciones del titular de la SBS, Daniel Schydlowsky, con respecto a direccionar los fondos de las AFP en un supuesto esquema desarrollista nacional, digno del velasquismo de los años 70. ¡Un momentito! Nuestros ahorros previsionales tienen un fin único: asegurar una buena pensión para nuestra vejez. Ergo, se debe buscar la mayor rentabilidad posible con la prudencia del caso, sea aquí o en la Cochinchina, sin darle ninguna exclusividad a ninguna zona del planeta por razones de "desarrollo nacional". Le podrá sonar egoísta a algunos (que son seguramente los que no cotizan en AFP), pero esos fondos no están siendo ahorrados para que los burócratas se pongan a jugar a los ingenieros sociales, a intentar superar al mercado con su ingenio y a diseñar esquemas de supuesto bienestar económico. No, Schydlowsky, mi plata y la de los demás aportantes no está siendo ahorrada para que necesariamente se haga "infraestructura nacional", se apueste a "industrias estratégicas" o lo que usted decida con su sapiencia desde su escritorio (y si fuera un economista tan sabio, ya hace rato que sería un millonario retirado y no un funcionario estatal). Ya suficiente nos han robado nuestro patrimonio en este país (la ladrona Reforma Agraria velasquista; los ahorros licuados por la inflación militar, belaundista y aprista; los dólares hurtados durante el "Aprocalipsis" con el congelamiento y canje abusivo de los ahorros en dólares; Belaunde tirándose los fondos de las pensiones estatales para acabar la autopista en la Panamericana Sur o mochando sueldos para la falsa "reconstrucción" tras el Niño de 1983. Y mil hurtos más de esos) para que usted venga a sugerir meterse a direccionar nuestros ahorros para la vejez "por el beneficio del país". Felizmente no estamos en la Argentina de Cristina Kirchner y nadie va a tocar nuestra plata sin que no haya una gran reacción ciudadana, que dejaría chiquita a todos estos líos en Cajamarca. Cuidado, Schydlowsky, que acaba como los hermanos Gutiérrez por meterse a jugar al ingeniero social, porque ya los peruanos estamos bastante escaldados de que los "ingenieros sociales" nos malogren la vida.

Editorial de Correo: 26/06/2012