Los ultras, los terroristas y las ONG marxistas juegan con cartas marcadas. Para ellos, como bien dice Lenin, la democracia es solamente una de las etapas en el curso del desarrollo histórico. "La conquista del poder por el proletariado no significa captar políticamente el Estado burgués por medio de una mayoría parlamentaria. La conquista del poder es la violenta expulsión de la burguesía, la destrucción del aparato estatal capitalista. En la lucha por estos objetivos el Partido Comunista encuentra su razón de ser, siendo su tarea fundamental organizar a las masas, prepararlas para la acción y lanzarlas a un ataque directo contra el Estado burgués. Esto se logra mediante la propaganda, la agitación, la huelga, el boicot y, finalmente, la insurrección armada y el terror". Lo que, por cierto, está acorde con lo que Marx predicaba: "Los comunistas no se cuidan de encubrir sus ideas y propósitos. Declaran abiertamente que sus objetivos sólo pueden alcanzarse mediante la supresión compulsiva de todas las condiciones sociales existentes".

Este marxismo-leninismo tiene muchas variantes, pero en líneas generales se adaptan a la realidad de cada país y se sirven del sistema legal imperante para avanzar en el ideal totalitario que postulan. Por ejemplo, siendo enemigos jurados de la democracia, viven a expensas del régimen democrático, que les facilita el clima idóneo para multiplicar su capacidad de acoso contra el Estado peruano. Los extremistas disfrutan, como todos los ciudadanos, de libertad de pensamiento, de expresión, de tránsito, de organización política, de prensa y propaganda. Pueden desplazarse sin barreras, movilizar a sus simpatizantes, contar con el eco publicitario de los medios de comunicación masiva. Y cuando tienen problemas con la policía y las leyes, se amparan en la legislación democrática, en la protección de los derechos individuales, en las garantías procesales, la inviolabilidad del domicilio, el respeto a la intimidad, la presunción de inocencia, la elección del abogado, etc., etc. Dicho de otra manera: a la manera de un parásito, explotan las ventajas que ofrece el sistema para actuar contra el mismo sistema. Así se cuelan con facilidad entre las amplias mallas legales y actúan impunemente contra los mismos derechos y libertades bajo los cuales se guarecen. Lamentablemente, los políticos de hoy leen poco, nuestros jueces apenas si entienden de marxismo-leninismo y nuestros periodistas en su loco frenesí por la noticia no se dan cuenta que hacen de gasolina contra los intereses del país. Así estamos.

José Barba Caballero

Fuente: http://diariocorreo.pe/columna/91579/el-juego-extremista/